Ciudades malas
La Pareja planea una escapada sin el Hijo. Sí, es posible.
Un poco de romanticismo siempre va bien. Le cuentan que van a una ciudad muy
bonita, con una torre que se llama Giralda, que solo estarán fuera dos noches,
que lo va a pasar muy bien en casa de los abuelos. Todo va bien, hasta que el
niño pregunta por qué no le llevan con ellos. Y como ya lo ha preguntado unas
quinientas veces, deciden hacerle una broma y le dicen que en aquella ciudad no
dejan entrar a niños.
Y ahí es cuando el Hijo, con toda la razón, suelta:
-¿Y por qué vais a esa ciudad de personas tan malas, que no
dejan entrar a los niños?
Lógica aplastante. ¿O no?
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