Declaración de la FV


1-La Familia Viajera no utiliza la llegada de un hijo como excusa para dejar de viajar y espachurrarse todo el verano en una silleta de camping en la playa. Ajusta destinos y presupuestos, revisa y previene problemas, respira hondo, y disfruta de sus vacaciones donde más le apetezca, aunque tenga que ir cargado con peluches, chupetes y pañales hasta dar lástima a los revisores del tren.

2-La Familia Viajera sabe y defiende que todos, Todos, los miembros de la familia tienen que disfrutar de las vacaciones. Eso significa que, a ratos, los adultos se adaptan a las necesidades y gustos de los niños, y, en otros ratos, son los niños los que se adaptan a lo que desean los adultos. En la negociación y el manejo de los tiempos está el quid de la cuestión.

3-La Familia Viajera, como consecuencia del punto 2 de la declaración, sabe que sus hijos no son los reyes del mambo (aunque los quieren mucho, que quede claro), y que viajando juntos les inocularán el virus del gustillo por ver mundo. Y los niños saben que sus padres les buscarán actividades placenteras pero que también se tendrán que ir acostumbrando a otras cosas que quizá no se les ocurriría a primera vista.

 4-Ejemplos de los puntos 2 y 3 de la Declaración:

-No es lo mismo, NO, ir a París y escaparse un día al parque Eurodisney, que ir a Eurodisney y escaparse un día a París.
-No es obligatorio ir a Todos y Cada uno de los parques de atracciones de cada ciudad.
-Se puede entrar a un museo, y a un concierto, y a una exposición, con un niño. No hay noticias de que ninguno haya prendido fuego todavía a ningún centro cultural. Eso sí, hay que enseñar a disfrutar de la cultura y a no molestar a nadie más que a los padres, que para eso los han traído al mundo.
-Los niños necesitan desfogarse, quemar energía, soltar adrenalina… Sí. Rotundamente sí. Pero no solamente son cabritas locas que necesiten que les suelten por el campo. También aprecian y agradecen una charla sobre un castillo y la vida medieval, una demostración de vuelo de aves rapaces o una obra de teatro infantil. ¿O es que queremos criar solamente animalitos? La Familia Viajera, no.

5-Last, but not least: No nos engañemos. Viajar no es barato. Pero tampoco tiene porqué ser caro. Es evidente que quedarse en casa sale más barato… aunque a veces no. Todo es cuestión de cómo se viaja. No es lo mismo ir a un hotel de 5 estrellas que a un camping o a una casa rural. El alojamiento, la comida y el transporte son los tres pilares que marcan el presupuesto de unas vacaciones. A partir de ahí, cada uno sabe sus prioridades y sus necesidades. Hay quien se gasta en ropa lo que cuestan cinco días en París. Hay quien paga alegremente unas entradas al fútbol y se queja de lo caro que es un museo. Para gustos, los colores. La Familia Viajera tiene claro que el Planeta es muy grande y que la vida es corta. O sea, que… Carpe Diem.  

 

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